Ayer recorrimos un tramo del Río Nansa en un fenomenal paseo entre los sauces y alisos de la orilla. La ruta entre Muñorrodero y Camijanes permite ejercitar de modo harto agradable un mecanismo demasiado tendente en ocasiones a la molicie y a la haraganería.
Mayo a punto estuvo de convertirse en un perro anfibio.
Pájaros, pocos. Es decir, muchos pero los oculta el bosque. Apenas mosquitero, mirlo acuático, lavandera cascadeña, tres busardos ratoneros haciendo travesuras en el cielo y un solitario cormorán.