Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

jueves, 30 de octubre de 2014

Adivina quién viene a almorzar

    Parque de Iguazú. Brasil. Un coatí se autoinvita al almuerzo.

martes, 28 de octubre de 2014

Librería 54

Esquel. Patagonia Argentina.


Los murales y pintadas contra la minería, por el agua y la vida decoran la mitad de los muros y paredes blancas de Esquel, recordando una certeza que comparten todos los que consiguieron echar a la minera en 2003: mientras siga habiendo oro debajo de la montaña no podrán estar completamente tranquilos.

Son las diez de la noche en la librería Macayo, ubicada en la calle comercial. Gustavo Macayo abre la persiana metálica y ceba unos mates, especiados con manzanilla y otros yuyos de la zona. Heredó la librería de su padre. Después de viajar por América Latina, volvió para encargarse del local y convertirse en abogado de todas las causas perdidas de la región. Pese a que su ámbito son los juzgados, no le gusta darle demasiada importancia al trabajo de los abogados: "La verdadera victoria no se da en los tribunales, sino en la calle, en la conciencia de la gente".

"Crónicas del estallido"
(Viaje a los movimientos sociales que cambiaron América Latina)
Martín Cúneo y Emma Gascó
Icaria / Antrazyt

sábado, 25 de octubre de 2014

Ir

Ya me estoy marchando.
Ligero de equipaje como un poeta sin maleta.
Sin paliacate.
Sin pantalones de siete leguas.
Sin 251.
Ya me estoy marchando.
Con mi danza de ballenas
y mil pájaros en la cabeza.
Ya me estoy marchando.
con un verso lleno de calles.
Y la nostalgia de la luz.
Ya...

miércoles, 22 de octubre de 2014

Londres 38

La casa situada en la calle Londres 38 de Santiago de Chile fue utilizada en los primeros tiempos de la dictadura como centro de detención, tortura y exterminio. Hoy es un memorial del terror. La visita y el recuerdo se producen con un nudo en la garganta.
Según me cuenta Hugo, algunos de los detenidos que tuvieron la suerte de salir con vida reconocieron posteriormente el lugar por las baldosas ajedrezadas del living y por los sonidos exteriores de una vieja feria que ya no está allí.
 

 
El recibidor es un ajedrez de peones acorralados.
Ya no se escuchan gritos. Y tampoco la engañosa música alegre de las norias.
Solamente la queja seca de la madera encerada del piso. Como entonces.
Como entonces pasos atemorizados que no van a ninguna parte. 
El sudor del adobe y de la angustia.
El sudor del adobe y de la angustia.

domingo, 19 de octubre de 2014

Valparaíso

 
¿Ve usted aquel pequeño edificio blanco que tiene una puerta grande y dos ventanas a cada lado? Pertenece a la Armada. Allí me llevaron en tiempos del Pinochet para torturarme. Me subieron la cuesta en un auto, y dentro me ordenaron que me quitara la ropa. Luego me anudaron un cable al dedo y otro a la pretina y dieron corriente. Yo bailaba como un muñeco. Por muchos años que viva no se lo deseo a nadie.
¿Sabe lo que querían? Yo trabajaba entonces en Tribunales y querían saber si el juez y la secretaria eran comunistas. Yo les decía todo el rato que cómo iba a saber eso si allí nunca hubo ninguna reunión política. Pero insistían.
Como vieron que no conseguían nada me llevaron a otro lugar, a otra pieza en la que te sacaban información a las buenas. Me llevaron encapuchado y me sentaron. Entonces alguien empezó a preguntarme. Yo no veía nada pero le reconocí la voz, fíjese usted, le reconocí la voz. Era un abogado de los Tribunales. Por ahí sigue. Santibáñez se llama el "güeón".
Más tarde me enteré de quién me denunció. Yo lo tenía por un amigo. Mi madre le dio de comer muchas veces. Era un compañero del trabajo que quería ocupar mi puesto. Pensaba que como me iban a detener e iba a estar cuatro o cinco días sin ir al trabajo, pues que me iban a cesar y él iba a poder ocupar mi puesto. Pero es que no tenía formación. Algunas veces le ponía un mapa y le decía: "A ver ¿en dónde está Chile?" Y él señalaba Europa.

Inexpugnable

Tarde de domingo en Santiago. Intento como hace siete años acceder a La Moneda, pero el Palacio de La Moneda sigue inexpugnable. Desde el 73, más o menos.