Desde luego esto ya no es lo que era. Los años que van cayendo son como esos vetustos uniformes militares cargados de medallas que no valen lo que pesan. Ni me sirvieron antes, ni me sirven ahora. Me quedan estrechos y me tiran de sisa. Y aunque van siendo demasiados y el morral de la moral me va pesando, aquí estamos dispuestos a aguantar lo que esté por llegar. Que no sea por falta de paciencia ni por desgana de aventuras. Cabalguemos pues, y que los tiempos no nos den Clavileño por Rocinante.
Felicidades. Muchos más.
ResponderEliminarMuchas gracias. Todos los que se puedan.
ResponderEliminar