miércoles, 25 de mayo de 2016

Decir No

No estoy seguro de que rectificar sea un don para los sabios, pero ante la duda -que sí lo es- esta vez diré que no.
Hay barreras que uno, por dignidad, no se puede saltar. Por ello digo no.
Reconozco mi dolor y mi impotencia. Pero también por eso digo no.
No deseo culpar a nadie salvo, quizá, a mi mismo. Pero eso me obliga a decir no.
Y porque aún creo en las grandes alamedas antes que en los estrechos pasillos, voy a decir no. 

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