Algo han de tener en común la Collada con su "pradera amarilla" (que diría Ángela) y El Faro de Paco Roca. Imagino que ambos son lugares para perderse. Imagino de imaginar, que es un término, o más bien un comienzo, de mucho fuste para aquellos que viven al borde de los sueños por los que deambulan Gulliver, Ulises o Long John Silver.
Al menos, ninguno de ambos lugares tiene trazas de que vaya a haber botellón.
Y eso satisface y calma.
Vamos a por los 15 de Angélica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario