En realidad hacen acto de presencia
cuando menos te lo esperas.
Tienen el don de la ubicuidad
y recorren océanos al instante.
Un segundo y se instalan
como magos en el pensamiento.
Desde las ausencias te remueven,
sin apenas darte cuenta,
el corazón y los silencios.

Muchos recuerdos para ell@s!
ResponderEliminarSe los paso, José María. Un abrazo.
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