Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

viernes, 8 de agosto de 2025

Topos

 




Asisto en La Mata de Curueño a un filandón de verano con un calor tórrido del que apenas nos libra la sombra de unos arbolillos junto a la Casa de Cultura. El motivo es un homenaje a Eufemiano Díez González, el topo de La Mata; un hombre que se volvió a su pueblo en 1937, cuando cayó Asturias para enterrarse bajo el suelo de una cuadra de ovejas por puro miedo a las consecuencias de una derrota. Allí estuvo escondido 10 años. Contaba el escritor Julio Llamazares, uno de los participantes en el filandón junto al periodista y contador de historias Fulgencio Fernández, que cuando le entrevistó hace mucho tiempo le preguntó que cómo pudo aguantar allí tantos años y Eufemiano le respondió que porque no sabía que iban a ser tantos; que de haberlo sabido se habría pegado un tiro nada más entrar por la puerta de la cuadra.
Al hilo de esta historia se han ido desgranando otras de emboscados y de huidos de la provincia de León, se han ido mencionando libros sobre estos temas, que en algún momento habrá que leer, y, casualidades de la vida, ha habido un enlace con la zona de mi pueblo en Cantabria: De cómo una mujer de Correcillas se trasladó durante 15 años a sobar anchoas a las fábricas de Santoña, siguiendo a su marido guerrillero, preso en el penal de El Dueso.
Y otras historias que se irán hilando, hila que te hila, pero que por hoy quedan en el magín del que suscribe. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario