Siempre parece que en algún momento termina,
que vamos a salir a la luz más limpios, más gentiles,
que nos vamos a mirar en un espejo de nubes blancas
y que detrás, cuando nos apartemos de la oscuridad
o del cansancio de nuestros rostros doloridos
y de nuestro gesto repleto de decepción
y de silencios como cadenas va a estar,
resplandeciente, el porvenir. Siempre el túnel,
a cada paso parece, parece, parece, que termina.

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