Este que veis aquí es un divagante; es decir alguien que, remedando a Rafael Alberti, “por ir al norte fue al sur”… o a cualquier otro punto cardinal al que no debía. Se trata de un pájaro americano que no tenía que estar aquí. Por tanto es una excepción. Y por eso el pequeño mundillo de observadores de aves se ha movilizado para verlo. Él, el porrón albeola, en medio de la laguna, se mantiene completamente indiferente a esos humanos tan raros que merodean y se dedica a zambullirse de continuo en busca de alimento. Del mismo modo, las especies de aves nativas le dejan hacer a este primo desconocido sin inmiscuirse demasiado. Quizá todos saben que este nuevo vecino tiene harto complicado el regreso a su origen y que aquí le espera una vida solitaria sin otros ejemplares de su especie. Triste vida la del inmigrante.
Nota: Foto cedida por Javi Portillo
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