Mientras aquí el viento amaga con amenazas que apenas se materializan, en Chile la naturaleza golpea con toda su furia. Chile es un país que quiero por múltiples razones. O más bien debo decir que el Chile que siento cercano está ahí desde siempre o casi desde que me acuerdo. El otro, el descorazonador, el de la rabia ciega y las botas campantes no tiene nada que ver conmigo.
Ayer estuvimos parte de la tarde en casa de Gisela, acompañándola, mientras ella intentaba ponerse en contacto con su familia en Santiago. Cuando lo consiguió todos nos quedamos más tranquilos. Luego, camino de casa, las montañas azules en el horizonte se asemejaban, a nuestros ojos, a la Cordillera de los Andes.
Ayer estuvimos parte de la tarde en casa de Gisela, acompañándola, mientras ella intentaba ponerse en contacto con su familia en Santiago. Cuando lo consiguió todos nos quedamos más tranquilos. Luego, camino de casa, las montañas azules en el horizonte se asemejaban, a nuestros ojos, a la Cordillera de los Andes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario