Por motivos personales la semana pasada visitamos el Memorial que se encuentra a la entrada del cementerio de Amorebieta. En él, únicamente, una sorprendente e inapropiada cruz de madera basta sobre un perímetro de hierba. No hay más. Ni placas, ni flores, ni mensajes. Pero está ahí y es memoria. Bajo tierra, un número incontable de muertos que defendieron el Frente Norte contra el avance de las tropas fascistas sobre el Cinturón de Hierro de Bilbao durante la Guerra Civil. Gudaris vascos, Brigadas asturianas, montañesas, voluntarios de León... Combatientes, en muchos casos anónimos, que cayeron en los cercanos montes y fueron evacuados al Hospital de Sangre que se creó en la localidad.
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