vale más un montañero con ojo que un serpa virojo
Tu comentario, querido anónimo, me trae recuerdos almacenados al fondo de la mochila pero no olvidados. Cosas que suceden mientras cumbreas Peña Sagra o admiras el atardecer sobre la Vega de Liordes. Una dulce inquietud naciendo del alma.
vale más un montañero con ojo que un serpa virojo
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