Pasa el día de reflexión como un aire calmo antes de la tormenta.
Nada nos impide reflexionar todos los días, no solamente en esta jornada marcada por la ley. Nada nos impide rebelarnos contra los yugos y las imposiciones.
Ellos se incomodan ante los pensamientos emboscados y ante las ideas espontáneas.
Desgraciadamente, la política sometida es el arte de la mentira y de la calumnia.
Por eso no soportan que tejamos redes y se convierten en unos seres desdichados cuando plantamos semillas.
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