No conozco a David Reboredo ni sé de sus andanzas y sus
pasos, los buenos y los malos, más allá de lo que está saliendo estos días en
los periódicos. Ya digo, no lo conozco, pero me cae bien. Debe ser que su cara
y su pinta me suenan. Tal vez por aquello de que los del mismo lado nos
reconocemos en cuanto nos echamos la vista encima.
Y por esa razón me temo que lo de su indulto lleva mal
camino.
En primer lugar su delito es una mierdecilla de pobres, y el
hecho de que lleve mucho tiempo rehabilitado y currándoselo, al ministro que maneja
la cosa de la ley le importa una higa (aquel que está llamado para vigilar el nuevo orden mundial y para pastorear almas no puede estar para minucias).
Luego es del Celta de Vigo, que tiene lo suyo.
Se deja fotografiar con el puño en alto y con un retrato del
Che y otro de Beirás a su espalda.
Solamente le falta el pañuelo palestino al cuello para que
el gobierno ultra (memo) que debe decidir se acuerde de Sánchez Gordillo.
Total que, si nadie lo remedia (agradezcamos el esfuerzo al
escritor Willy Uribe), la cosa pinta mal.
David Reboredo lleva camino de pagar por los cuatro policías
y el banquero (que esos sí que saben de lo suyo y de la diferencia entre un indulto y un insulto).
http://www.publico.es/446873/el-gobierno-deniega-por-dos-veces-el-indulto-a-un-extoxicomano-de-vigo-plenamente-rehabilitado
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