Un poeta tiene la obligación de hacer trabajar a su mujer y dejar que se muera de hambre su anciana madre.
Un poeta debe pedirle plata a su sobrino para irse a beber con
los amigos en la tarde y descubrir desde los espejos los ojos verdes de los
ciegos.
Un poeta jamás debe permitir que el cura le enseñe moralejas a
sus hijos, ni religión a sus canarios ni persignarse a sus ahijados entre los
geranios de la noche.
Un poeta debe cantar siempre en los caminos de la tarde y
recordar con los fruteros de la esquina a los boxeadores olvidados (como
gallinitas ciegas) en los bares.
Un poeta debe hacer de su casa el segundo bar, y del bar su
segunda casa.
Un poeta debe tener amistad con los gitanos para que le
adivinen el destino de su vida, para que jamás las cóleras del cielo se desaten
en su tumba y para que en verano las luciérnagas lo salven de las garras
oscuras de la muerte.
Un poeta debe tener cuenta abierta en todas las tabernas y
jamás permitir que los banqueros desconfíen de su suerte.
Un poeta debe exigir a sus hijos que sean futbolistas o cantantes de tango en Europa para que ayuden a sobrevivir a su minusválida familia.
Un poeta debe exigir a sus hijos que sean futbolistas o cantantes de tango en Europa para que ayuden a sobrevivir a su minusválida familia.
Un poeta, cuando entra a los burdeles, no debe permitir que le
transmitan los microbios de la pena ni los bichos del fracaso, para que pueda
bailar alegremente con la hermosa caballada.
Un poeta debe ser siempre el rey de las tabernas, el príncipe
de la palabra y el amor juvenil de las sirenas.
Un poeta jamás debe llorar cuando una muchacha de ojos de ámbar
lo abandona en el silencio de los puentes o en los callejones sombríos de los
muelles.
Un poeta debe soñar todas las noches con su amante y fusilar a
los enemigos cuando le roban la memoria o el paisaje de los cantos.
Un poeta debe morir sólo después de haber tomado la última
cerveza en la mañana o después de haber fundado estrellas y canciones con los
niños en la lluvia.
Jorge Teillier y Juan Cristóbal
"La isla del tesoro"
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