Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

miércoles, 19 de junio de 2024

Las dos lectoras


Al abrir un libro has de hacerlo con esmero porque, del cofre que son sus páginas, pueden escaparse viajes maravillosos y peripecias sin igual. No dudes sin embargo que habrá también malandrines y truhanes, advenedizos, falsarios, diletantes, serviles o malvados de toda condición. Pero habrá además magos ingeniosos, músicos de la legua, trotamundos de mente abierta que contagian el ímpetu y sus deseos de conocer más y quizá alguna que otra receta para guisar a fuego lento ese prodigio que algunos llaman libertad.
Al abrir un libro has de tener cuidado porque a veces se escabullen entre los barrotes de sus líneas las melodías del viento, los aromas de la selva y el rumor de las olas lentas que llegan a las islas del tesoro.
Incluso, si no actúas con diligencia, al abrirlo, se puede evadir una mariposa entrometida que, sin venir al cuento, se ponga a leer contigo.

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