Somos también
la madera y la niebla,
los vestigios del moho,
xilófagos y muérdago de los druidas,
el espeso follaje derrotado
a los pies de los gigantes,
el constante renacer.
Troncos, tal vez, del mismo bosque.
Mas nosotros no sacudimos
al árbol que agoniza.
Urdimos el tiempo
y dejamos que la fruta podrida
caiga sola.
MCH
No hay comentarios:
Publicar un comentario