Hágame usted caso, no vaya a lugares recónditos, no se
pierda por ahí.
A poco que se despiste ya le descuidamos nosotros su
patrimonio por aquí.
No haga turismo lejos de casa. No hay nada tan hogareño como
esta nuestra costa enladrillada.
Si quiere disfrutar de las playas, a su disposición ponemos
quince centímetros cuadrados para que acomode su toalla. Y qué me dice de la delicia del agua, tan templada, con esa grasita que protege de los rayos solares su
tripilla y sus espaldas. Ya ve, ahorrará en afeites, cremas y ensaladas.
No sea usted memo, no viaje de placer al extranjero. ¿Qué hay
más familiar que el calor patrio de un estupendo incendio forestal?
No deje que infames mosquitos foráneos le chupen la sangre.
Ya estamos nosotros aquí para escabullirle la paga de Navidad.
Hágame usted caso, que sé de lo que hablo. Que soy ministro
y me parezco un huevo a Aznar.
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