Todo el mundo está esperando las bombas, sin embargo, todos actuan como si las bombas no fueran a caer. Escucho al presidente, dirigiéndose al país por televisión. Su discurso no es tan sencillo ni tan breve como de costumbre. (...)
El propio presidente se limita a levantarse y grita: "¡Acción!. Obviamente, el discurso tiene que recordar a los de Churchill, pero parece que el presidente no está muy convencido de sus propias palabras (...).
Advierto con sorpresa que el presidente pierde el hilo del discurso por un instante. Sin embargo, todo esto son meras impresiones. Lo que sí es cierto es que una vez más, en Dios sabe cuántas, y en contra de mi voluntad, el presidente ha vuelto a tomar las riendas de mi vida en sus manos.
Dusan Velickovic
Amor Mundi
Ediciones del Bronce
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