En la Avenida de Mayo, esquina con Salta, está el Café Iberia. Al lado de la puerta varias placas recuerdan que es un local con historia. En gran medida la historia de las batallas perdidas por los republicanos españoles que acabaron ahí.
Enfrente, cruzando la calle Salta, parece ser que estaba el Bar Hispano (hoy es un banco chino). Los clientes de uno y otro local, por motivos que se me escapan (je, je, je), no se podían ni ver y tuvieron a lo largo del tiempo unas cuantas grescas. No obstante, según me cuenta Hugo, unos y otros, se juntaban a comer (juntos pero no revueltos) en El Imparcial, que aún hoy pervive en la otra esquina de la Calle Salta, a cosa de veinte metros.
El Café Iberia, que en sus lámparas todavía luce los colores de la tricolor, es un café con historia. Hoy para nosotros también, después de servir para un reencuentro deseado tras un año largo de separaciones.
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