Subí la caja de acuarelas a Picos y se convirtió en peso muerto dentro de la mochila, lo cual sirvió para algunos momentos de choteo y jolgorio por parte de mis compañeros de andanzas. Y es que no siempre se encuentra un momento de calma para sacar el "recado" de dibujar. Es cuestión de perseverancia. Como caminar.
Rebonito!
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