Al norte de Urgench, en los territorios del antiguo Imperio Corasmio, diseminadas por el desierto, permanecen dormidas y decrépitas varias fortalezas. En una de ellas, de inmensa planta cuadrangular, avistamos a este mochuelo, a cubierto del sol abrasador, que no dejaba de observar a aquellas criaturas inoportunas que interrumpían la paz de su descanso.
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