Me introduzco entre la niebla en una mañana particularmente aletargada. Todo está ausente a mi alrededor, salvo esa niebla espesa que amortigua los ruidos. Mis pasos suenan lejos mientras escucho el aleteo insomne y leve de los mirlos en su deambular de rama en rama. Yo, como ellos, me aventuro de vez en cuando en el silencio. Comienza un año desconocido y a mi me da por silbar "We shall overcome" muy quedo.
Para ahuyentar el miedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario