En sus ojos
Hay veredas nocturnas
y vigilias clandestinas,
hay celadas de funesta necesidad,
hay cañaverales como laberintos,
hay futuros despojos aterrados,
hay lunas que brillan en el agua,
hay seres hostiles
alzados sobre sus piernas
y humaredas en las que danza,
como una alucinación,
el rostro del enemigo siempre eterno,
hay hojas que caen de los árboles
y árboles desnudos
que cubren con lenguas de nieve
su salvaje desnudez,
hay un día de mañana
y quién sabe si habrá,
quizá, un día de después.
MCH
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