Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

lunes, 11 de octubre de 2010

Sálvese el que pueda

Hace diez años, en un pequeño hotel de una población de la selva ecuatoriana, contemplé estupefacto un programa de televisión en el que una presentadora (por decir algo, ya que más bien me recordó a una carnicera experta en la extracción de mondongos) se relamía colocando, con sus interpelaciones virulentas, a los invitados en el disparadero. Se trataba, según creo recordar, de familias y parejas en conflicto que acudían a aquel degolladero como quien pasea por un parque. Allí se ventilaban en público cuernos, herencias, abusos y separaciones con una alegría impropia. Mientras me rehacía de mi asombro, al tiempo que conseguía cerrar la boca tonta, intuí que eso era lo que había de venir. Y no me equivoqué. Ahora también ese tipo de programas están aquí a la orden del día.
Así que no sé de qué me sorprendo.
Pero lo cierto es que aún debo tener capacidad para el pasmo.
Esta mañana escuchaba en la radio que los mineros chilenos, a punto ya de ser rescatados gracias al esfuerzo de muchos y sobre todo a la tecnología (no me quiero imaginar que habría sido de ellos hace años sin los avances actuales), se estaban disputando los puestos de salida de su largo encierro. Sin embargo, parece que no se trata de ver quien sale el primero, sino de quien sale el último. Y según el locutor parece que el último que lo haga habrá batido sin querer el record de permanencia bajo tierra; lo cual debe ser algo de gran mérito a juzgar por las expectativas que genera.
Me gustaría creer que alguien desea crear una campaña de descrédito contra esta gente por algún motivo que se me escapa.
Y por supuesto no albergo ninguna duda de que debe ser muy jodido el trabajo de minero en Atacama con un sueldo volandero y ninguna perspectiva de seguridad (tal como se ha comprobado).
Pero al menos, si es que la cosa va por ahí, que se repartan entre todos ese hipotético galardón y los dividendos económicos que genere en las cajas tontas de sus no menos tontos espectadores.
¡Señor, señor! ¡Cuánto daño hace la calaña sensacionalista!

4 comentarios:

  1. Puf... Oí que había tortas por salir los últimos, pero pensé, ¡inocencia!, que tenía que ver con dejar que los demás salieran antes, como el capitán que abandonaba el barco el último.
    Claro, que también está el que se subía al salvavidas cuando le dijo un marinero, capitán, quedan mujeres en el barco, y contestó, pa follar estoy yo ahora...

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  2. El espectáculo ya está preparado, víctimas y familiares toman posiciones, los medios ya ensayan reportajes de "interés humano". Prepararos para recibir detalles interesantes de ordén escatológico y de Fé (me apuesto 20 € a que la intervención divina aparece junto con detalles intestinales en una parte de las narraciones que aparecerán durante días). Los medios deben estar decepcionados en parte por el fallo en las previsiones que apuntaban a las navidades como fecha del rescate. Pero se adaptarán. Como las cigarras al sol

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  3. Extracto de un artículo que aparecío en el periódico "El mostrador"
    Mañalich (Ministro de Salud)prosiguió afirmando que conversó con los mineros para prepara el orden de salida: “Yo los entrevisté para comentarles que teníamos que establecer un orden de ascenso y que ese orden iba a determinarse en concordancia con ellos en razones técnicas”.

    “¿Cuál fue la reacción de varios de ellos?” continuó: “Sabe ministro, muy bien, pero yo quiero ir al último, y después aparece otro, no compadre, yo había dicho que yo iba al último. No, no, no, yo soy, aparecía otro por allí”.

    A través de esta anécdota, el ministro quiso ilustrar el ánimo en que se encuentran y que es “completamente admirable de solidaridad de compañerismo. Han enfrentado dificultades, pero es impresionante como ellos mismos se las han arreglado para manejarlas y mantener un espíritu que es envidiable del cual los envidiamos todos”.
    Quiero creer que este sea el motivo real de querer salir antes o después.

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  4. Yo ya he leido cosas mucho peores que esa reseña que comentas. Me gustaría equivocarme, pero mi apuesta es ganadora, los medios ya han apostado y ellos trabajan para fabricar, forzar, diseñar lo que buscan. Y que todo salga bien... Los 33 son más comerciales ya que todas las víctimas por inundaciones en Pakistán juntas , eso creo que ya está demostrado.

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