Todos, todos los días se me escapa el martín pescador que merodea en este lado de la ría.
Como una bala iridiscente que cruza frente a mí, el esquivo Martín se burla de mis torpes intentos por echarme los prismáticos (o la cámara) a los ojos.
Así que como desahogo aquí os presento a esta garceta, amante como yo de la vida lenta y de las pausas bien aprovechadas.
Así que como desahogo aquí os presento a esta garceta, amante como yo de la vida lenta y de las pausas bien aprovechadas.
Ya veis. El que no se consuela es porque no quiere.
No hay comentarios:
Publicar un comentario