Llegamos a Barajas desde Estambul a las 10 de la mañana. Nuestro compañero de viaje viene en otro vuelo que hace escala en Munich y llega a las 2 de la tarde. Por tanto nos planteamos acercarnos al centro de la capital para dar un paseo y recuerdo que tengo un billete de Metro de 10 viajes, comprado en febrero, del cual solamente he gastado cinco. Me acerco, no obstante, a un puesto de información del Metro de Madrid, olfateando sin duda algún inconveniente, y no me equivoco. Dado que ha habido una hipersubida de tarifas, en la línea de estos nuevos degolladores del PP, mi billete es agua y no vale nada: ni reembolso de los viajes no usados, ni posibilidad de pagar la diferencia, ni nada de nada. Parece ser que los responsables dieron un plazo de dos meses para cambiar esos billetes.
Entonces le contamos a la impotente informadora lo de París: Sol se compra billetes del Metro de París hace un año; le sobran algunos, que vuelve a utilizar un año después (a pesar de una subida de tarifas), tras consultar con la homóloga de esta, que le informa que puede utilizarlos sin problema alguno y sin costo añadido. Pero claro, para los listos de Madrid los de París son algo tontos o así.
Pero la cosa no se queda ahí. Nos dirigimos a la máquina expendedora de billetes y cualquier alternativa para un viaje de ida y vuelta desde el aeropuerto hasta la villa y corte se convierte en eso, en un corte. En principio, si quieres un billete individual hay que calcular cuantas estaciones vas a recorrer hasta tu destino y luego añadirle el sobrecosto de la tarifa de aeropuerto (que ha pasado de un euro a tres): Total que ir a Atocha supone cinco talentos por cabeza y otros cinco volver. Diez. Por dos personas que somos, veinte.
Valoramos la otra posibilidad que es comprar un nuevo billete de diez viajes (con el consiguiente riesgo de que nos vuelva a pasar lo mismo, al no ser residentes habituales, si alguna mente privilegiada se plantea otra extracción de riñón para los sufridos ciudadanos de Madrid). Este billete de diez viajes con el añadido de la tarifa de aeropuerto para dos personas en sus viajes de ida supone 18 euracos, que se amplían con 6 euros más como tarifa de aeropuerto para los viajes de vuelta de ambos. Total: 24 euros de vellón.
Y mientras nos indignamos no dejamos de pensar en la gente que conocemos en esta ciudad, que necesita desplazarse en Metro casi como respirar, algunos para mantener su trabajo y otros, en el peor de los casos, para buscarlo.
Y saben lo que les digo: que ya le pueden ir dando tila a Madrid.
Puta esperanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario