De Italia me gustan muchas cosas, aunque otras cuantas no. Pero eso, al fin y al cabo, ocurre con cualquier lugar o con cualquier prójimo. No obstante, si en alguna ocasión algún navegante se tropieza con la música (enlatada o concertada) de Daniele Sepe, por favor, que arríe velas durante un rato y escuche.
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