Por aquí cruzaron muchachos que ahora son hombres.
El peso a sus espaldas nunca fue el que hoy es.
En las hojas de los álamos y los chopos, a poco que el caminante se esfuerce, se escucha la algarabía de entonces envuelta en los rumores del agua.
Por aquí cruzó la risa y la tristeza, fugaces como el amor o como pájaros adolescentes.
Por aquí se marchó cada vez más lejos el pasado.
Pero también algunas de las palabras que nos acompañan ahora.
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