Después
Hoy llueve en el recuerdo de mis ojos,
en la creciente insensatez de las horas marcadas en rojo,
donde apenas se adivina
que mirar a las estrellas
es, hoy, mientras llueve,
una labor de incrédulos
y de locos.
Hoy llueve mientras las columnas de almas devastadas
cruzan la pantalla en silencio,
mudas, como lluvia lenta,
como animales sin morada,
como versos del olvido.
MCH
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