Poema de Majdanek
Al principio fueron los cuervos y los árboles
los que poblaban la tierra.
Cuando el bosque aspiraba a atravesar el mundo con sus raíces,
antes de que los labriegos hicieran de aquello
un acre pasto para vacas y para ovejas,
antes de que los árboles,
cada una de sus hojas
y de sus ramas,
cada una de sus semillas,
cada una de las marcas enamoradas de la madera,
desaparecieran en el humo de las fogones.
Aire y nubes de árboles,
polvo de amantes insensatos,
hálito de fantasmas.
Apenas una hoja seca y abandonada
entre las tablas de los barracones.
Al principio fueron los cuervos y los árboles.
Cuando grajos, cornejas y urracas se arrastraban por la
hierba
sin elevarse más allá
de la infértil longitud de sus alas,
haciendo del frío lo eterno
y del aguanieve un atavío para los muertos.
No había apenas nada más.
Cuando el campo quedó libre de bosque
y ardía harto de almas peregrinas,
cuando nacieron las alambradas
y los perros vigilaban el dolor de los otros entre la
niebla,
entre la niebla aún volaban los cuervos.
Mariano Calvo Haya
Noviembre 2017
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