Podría hablar de la pintada facha que me encontré en la superficie de la carretera a pocos metros de mi casa, pero no voy a dar ese gusto a los imbéciles. La libertad de mierda que les produce sueños húmedos está muy sobrevalorada hoy en día. Y tampoco es libertad. Se pueden ir desengañando.
Lo mejor del día llegó por la noche. No he hablado hasta ahora del buen Reverte, ése que se murió antes de ayer, pero a lo tonto a lo tonto he contabilizado un montón de libros suyos en mi biblioteca. Lo primero que leí fue una novela que transcurre en Madrid titulada “Todos los sueños del mundo”. Pero luego he viajado a Grecia con él en mi equipaje y también a las fuentes del Nilo azul. He recordado África con sus historias y he satisfecho la sed de aventuras leyendo sus andanzas por el Paso del Noroeste y por el Yukón. En Derry también me paré a contemplar la entrada del Bogside.
Algún día también yo, como él o como Ulises, llegaré a Itaca.
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