Personalmente a mí ni me va ni me viene, pese a tanta dedicación por parte de nuestros domésticos medios de comunicación para inventarse el clima de interés catárquico que venda ese bluf democrático con la suficiente alegría y desparpajo. Habría que verlos desplegando recursos, comentaristas, reporteros y toda clase de opinadores en las elecciones (o lo que sea) del supremo dirigente chino. Eso sí que tiene misterio. Una verdadera elección reñida.
Como decía, a mí ni me va ni me viene, aunque reconozco que en algunas cosillas hay diferencias entre Pinto y Valdemoro. Los del burro demócrata a veces joden al vecindario pidiendo permiso educadamente mientras que los del elefante republicano entran como un ídem en una cristalería a la par que te cuentan no se qué de unas armas letales que jamás de los jamases aparecen. Aunque no tengo duda alguna de que burro y elefante pueden cambiarse los papeles sin problema en caso de extrema necesidad y urgencia. Todo vale por la patria. Que para eso pagan sus impuestos.
Pues nada, que se los coman con alegría. Sí. Ellos sí pueden.
A mí ni me va ni me viene, pero ya me imagino lo que va a disfrutar con este texto ese amigo que siempre entra el primero a todos mis comentarios sin dejar apenas huella...
El burro y el elefante, ¿cúal es su origen?,siento curiosidad.
ResponderEliminar"Con viento mi esperanza navegaba; perdonóla la mar, matóla el puerto.Lope de Vega".
Raquel