Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago
sábado, 1 de junio de 2013
Maldades
EN ROMANCE PARA QUE LO ENTIENDAN
Tienen don de ubicuidad
y no están en parte alguna;
quiero decir que no están
donde nadie no los busca.
Perejil de cualquier salsa,
toda causa es cosa suya
y en su provecho confunden
argumento con argucia.
Cuando entre sí se interrogan
su jactancia siempre es mucha
y sus respuestas son fiel
reflejo de sus preguntas.
No hay razón que les desarme
porque nada les inmuta
y sus lenguas desconocen
la exactitud y la duda.
Toda su razón de ser
es la efímera tribuna
donde son lo que parecen,
heraldos de su impostura.
Francisco Castaño.
Libro de las maldades.
Poesía Hiperión.
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