Dicen que ayer fuimos 700. Y cuentan en letras grandes que somos pocos. Pero es lo mismo. Si fuéramos un millón (o dos) también dirían que somos pocos. Apenas un grano de arena en la inmensidad de la desvergüenza que gobierna en sus carteras. Una gota de agua en la ciénaga de sus medios de propaganda.
Y sin embargo es cierto que podemos ser como el agua y la arena un millón de veces repetidas.La lluvia pertinaz que socava las murallas de barro.
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