¿Qué es lo que pasa por la mente del
que ordena realizar controles policiales en una ciudad como Santander como
consecuencia directa del desgraciado atentado de París?
¿Acaso hay sospechas fundadas de
que los asesinos viajaron desde la capital de Francia hasta la capital de
Cantabria precisamente, en una huida loca y temeraria de más de 1000 kilómetros?
¿O simplemente son ganas de tocarle las pelotas al ciudadano en una operación de imagen bastante más que discutible?
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