Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

martes, 9 de octubre de 2018

Los niños de Mauthausen

"El punto de inflexión de la vida de los chicos de Mauthausen fue el acuerdo alcanzado en junio de 1943 entre Bachmayer y Anton Poschacher, responsable de la cantera del pueblo de Mauthausen, de dar trabajo a 50 de estos jóvenes como aprendices de canteros. El kommando de Poschacher, o Poschacherjugend, como dio en llamarse la unidad, fue durante toda su existencia exclusivamente español. Estaba formado por los más jóvenes, que no lo abandonaban al llegar a cierta edad ni fueron nunca relevados por otros si morían. Los jóvenes españoles trabajaron así en la cantera privada cercana a la estación de Mauthausen, con ingenieros civiles austriacos y los obreros especializados que manejaban las máquinas; todos tenían más de sesenta años. A los muchachos se les pagaba un salario de entre 2 y 3 reichsmark a la semana, que nunca tocaban pero que el Poschacher ingresaba en una cuenta de las SS del banco local. Se les indicó que recibirían el dinero cuando terminara la guerra. Por otra parte, Himmler dijo también que nadie podía salir del KL-Mauthausen vivo. Como sucedió lo inimaginable y Alemania perdió la guerra, los muchachos del Poschacherjugend podrían solicitar más tarde al gobierno de Alemania Occidental el pago de lo poco que habían ganado; algunos lo hicieron y el gobierno les pagó.
Los chicos estuvieron alojados primero en el barracón 11, y el último año en el barracón 6.Todos los días iban andando a la cantera del Poschacher, al principio por la colina que rodeaba el pueblo escoltados por un sargento SS y cuatro hombres, pero más tarde los SS perdieron  interés por guardar su secreto y los muchachos caminaban por Mauthausen con una escolta cada vez más reducida. Josef Niedermayer, conocido por su salvajismo en el Bunker, declaró en el juicio al que fue sometido en 1946 que su primer trabajo estuvo en el kommando de Poschacher y que él mismo escoltaba a los chicos. Al final, el único que lo hacía era el kapo español Antonio Benedicto. En los primeros días salían con una inocencia política que podría haberles buscado la ruina. Para partir al trabajo iban cantando La Internacional. Cuando el kapo español les dijo que lo que estaban haciendo era muy peligroso, le contestaron que no había razón para preocuparse: ¡estaban cantando en español! Hubo que explicarles que La Internacional era... internacional".     

Españoles en el Holocausto
David Wingeate Pike.
Debolsillo.

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