Donde antes había flores
hay hojas caídas ahora.
El viento que las mueve y los pájaros,
que sobre mi cabeza
conquistan los árboles,
me van cantando los pasos.
Transcurren las jornadas y los años
y en cada piedra,
en cada tropiezo,
gasto un poco más los zapatos.
No sé cuándo,
aunque sí sé adónde,
alguno de estos días
llegaré descalzo.
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