No soy yo de vanas ilusiones ni en política ni en lo tocante a la condición humana, aunque alguna vez lo fui. No voy a alardear de victorias porque en realidad no sé nada del futuro, ni lo que viene ni lo que hará. Pero hoy vamos a alegrarnos un poco, aunque sea por todo lo perdido y por todo lo llorado. Hoy nos alegramos por ellos, nuestros amigos, que están dichosos con la pureza que yo quisiera tener y derrochan risas y sueños que yo también debería soñar. Y nos alegramos porque nos alegramos y ya iremos viendo lo que llega mañana. Porque hay días que al menos tienen "mañanas".
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