Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

martes, 14 de octubre de 2025

Cervantes de testigo

Lo que está claro es que ese señor con pinta provecta, que parece recién salido de pedir “por dios” de la puerta de una iglesia, no es comunista ni lo ha sido jamás. No le ha hecho falta. Porque él jamás ha mendigado subvenciones, ni premios, ni medallas, ni herencias. Tampoco tiene abolengo alguno. Ni fresco ni rancio. Tampoco ha vivido de las sonrisas de loba de presidentas autonómicas y otros gerifaltes. Solo de las pagadurías donde se abonan las rentas de sus libros, a tanto el kilogramo de letra impresa.

Que yo no pudiera pasar de la página treinta y tres de alguno de sus obras no es culpa suya. Al fin y al cabo tiene razón la otra Pombo: Leer no te hace más que nadie. Sobre todo si tienes que leer con la misma fruición que si remaras en galeras.

Lo peor no es que atropelle a aquello de lo que no tiene ni puta idea, porque ellos, angelitos, desde sus tribunas y sus palcos de estirpe y patrimonio qué van a saber de diablos y de muertos de hambre, si todo lo amontonan.

Lo peor, desde luego, es que por un momento, por un solo momento, nos ha tentado con salir en la defensa de su odiado contendiente, que por otra parte, y esto quizá sea tan infundado como sus comentarios ideológicos (¿quién soy yo para osar?), escribe bastante mejor que él.

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