Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

sábado, 27 de julio de 2013

Dímelo al oído



Lo más probable es que la chica, por mucho que esperase, nunca volviera a ver al marinero o que éste llegara tarde, enredado en alguna ola, en alguna bahía helada buscando el Paso del Noroeste o en algún lupanar de Jamaica. La literatura y la vida, desde Ulises, están llenas de cosas así. Pero esto quién se lo dice al niño que se dormía con el susurro de Fear an Batha en el oído, y que muchos años después, cuando la canción regresó, y la nostalgia podía con nosotros, decía: "tía, esa no me la sé, pero cántamela al oído para ver si me acuerdo".

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