La gente pequeña busca hadas y otros parientes en los oasis y en los matorrales.
Y cruza los túneles del camino como quien caza espejismos en el fondo de un espejo de agua.
La gente pequeña mira la vida a través del fino cristal de la impaciencia.
Y no teme a los recodos y a las revueltas, ni al reloj, ni al día de mañana.
Aunque a veces, mirándonos, descubra monstruos.
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