Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

martes, 13 de junio de 2023

Pudieron

Nunca fui de Podemos y el 15 M me pilló con una edad en la que aún me tragaba sapos pero ya no masticaba ruedas de molino. Aunque nunca se sabe.

Terrible fue ver, a nivel nacional y a nivel regional, cómo se suicidaban cada vez que se ponían de pie.

Tremenda, la deriva en los conceptos y en las posiciones, intentando atraer afiliados, simpatizantes y votantes. Supongo que eso era ser transversales. Unas veces eran republicanos y otras no, unas veces eran patriotas y otras no. Unas veces masacraban a los compas de formaciones hermanas y otras no.

Tremebundo como el final de “El rey Lear”, el desfile de muertos que antes fueron tribunos y fundaron la formación.

Espeluznante, por supuesto, el gasto humano y la pérdida a raudales de ilusión.

Pavoroso tanto Danton, tanto Marat y tanto Robespierre.

Y, sin embargo, los restos del naufragio no se merecían terminar como están acabando por mantenerse, al menos por una vez, firmes en sus convicciones.

No se merecían el acoso continuo, ni el cartel oficial de malandrines del lugar.

Y desde luego no se merecen que la mano que sujeta la puntilla, propiciada de forma ignominiosa por las huestes más cavernarias de este país, provenga del teórico fuego amigo.

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