El Huayna Picchu es ese monte con cierto parecido al Pan de Azúcar de Río de Janeiro que aparece en la parte de atrás de las clásicas fotografías de las ruinas de Machu Picchu en Perú. Subir al Huayna tiene su aquel. No solo porque hay que madrugar para entrar dentro del cupo de personas que pueden hacerlo en el día, sino porque requiere de constancia y de paciencia en el caminar. Cerca de su cumbre todavía pueden verse edificios del mismo tipo a los que dejas atrás, en las famosísimas ruinas.
Era 2011 y en las horas que pasamos allí nos hizo sol, llovió, tuvimos niebla y contemplamos el arco iris más maravilloso que nos ha cabido en suerte.
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