Si a usted no le asusta la poesía ni el buen cine destilado con delicadeza y si, además, es amante de las inmensas historias pequeñas, porque es capaz de identificarlas a la primera, entonces esta película irlandesa rodada en gaelico es apropiada para su vista, su gusto y su olfato. Porque en ella podrá descubrir a la buena gente adolorida con las suficientes aptitudes para identificar a los colchones viejos que lloran, para reconocer que las pocas palabras son a veces las palabras justas y para vislumbrar allá, a lo lejos, caballos en alta mar.
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