El pasado empieza cuando, entre las señales
que el tiempo abandona en el rostro desconocido
de algún transeúnte al paso, crees adivinar el recuerdo
del lejano compinche de pupitre
o del triste y primaveral amor casi olvidado.
Entonces un aire nostálgico envuelve
en círculos concéntricos los años y la vida;
y el pasado te saluda como un compañero de viaje,
temible y burlón, mientras observas que el viento de la
edad
sacude sin piedad también tu gesto frente al espejo.
MCH
Terrible ese último !! El viento de la edad , sin piedad., porque no viene de a fuera , sino por dentro de ti misma
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