Es de suponer que nadie los ha presentado, aunque él la llama lepidóptero, que suena mal, como tilonorrinco o espiritrompa en la novela de Manuel Rivas, pero que en realidad significa "alas con escamas". Esas mismas escamas que cubren las alas de las mariposas y que conforman los caprichosos dibujos y colores que otorgan su belleza y que también, muchas veces son su perdición.
Probablemente ella le llama a él, por continuar con las ironías de la taxonomía, sapiens sapiens, con no menos desdén por ser término falso, engolado y por demás reiterativo.
Pero ahí están, estableciendo contacto. Y vaya usted a saber por donde continúa la conversación, puesto que ninguno de los dos pretende desvelar sus secretos ni explicar sus filias para llegar a este momento. Solo se sabe que luego ella vuela tan ligera como el aire buscando mejores flores y él, que no vuela, y ese es su despecho, también se aleja mascullando lo que ha de convertirse con el tiempo en un leve recuerdo, en busca de "desfacer" algún entuerto, seguro, y de otras maravillas.
Me recuerda a alguien que conozco muy bien ... Así hablaba Melanargia galathea!!
ResponderEliminarCon mucho ingenio y un poco de sarcasmo. Un abrazo.
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