Escucho en la radio que unos cuantos ciudadanos han intentado detener la caravana en la que trasladaban de una residencia a otra a varios ancianos en peligro por el mal. Y me preguntaba yo cuál es realmente el mal. Qué virus es potencialmente más peligroso. Aquel que te enferma y te puede llegar a matar o el que te mata directamente y te transforma en un muerto con vida. En una manada de Lynch.
El miedo es algo consubstancial al ser humano, el deseo de protegerse y perdurar, y por tanto puede llegar a ser un desencadenante del coraje. Pero lo que indudablemente lo hace peligroso es el virus del egoísmo. Ahí es cuando nos comenzamos a parecer a piezas de ajedrez, huérfanas de inteligencia, huérfanas del jugador. Inmóviles en sórdidos escaques.
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