El horizonte no se cotiza mucho en los últimos tiempos. Ni el físico ni el anímico. Camino cada día con mi perro aproximadamente unos 250 metros de ida y otros 250 metros de vuelta. A lo lejos veo nubes, una colina y la ría. Algo más allá, por suerte, vislumbro un poco de mar. Todo eso y lo que me permite la imaginación.
Después regreso a casa y leo un poema de José Luis Amaro:
Pasos
Pones un pie delante de otro,
un paso y luego otro más,
y ya pierdes la cuenta
de los años, los soles y las lluvias,
hasta que un día te detienes
y miras la distancia que te separa
del punto de partida,
los kilómetros y edades que llevas encima,
y dices mirándote los zapatos: Dios mío,
cómo he llegado hasta aquí.
En un millón de sentidos
-un paso y luego otro más-
la vida te empuja hacia adelante,
un abismo pequeño y el siguiente,
y ya no sabes
cuándo ni dónde vas a frenar.
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