Somos millones en esta isla errónea y apenas alguno sabe que llevamos vidas de náufrago

martes, 31 de marzo de 2020

Esto no es un diario XVII


El horizonte no se cotiza mucho en los últimos tiempos. Ni el físico ni el anímico. Camino cada día con mi perro aproximadamente unos 250 metros de ida y otros 250 metros de vuelta. A lo lejos veo nubes, una colina y la ría. Algo más allá, por suerte, vislumbro un poco de mar. Todo eso y lo que me permite la imaginación. 
Después regreso a casa y leo un poema de José Luis Amaro:

Pasos

Pones un pie delante de otro,
un paso y luego otro más,
y ya pierdes la cuenta
de los años, los soles y las lluvias,
hasta que un día te detienes
y miras la distancia que te separa 
del punto de partida,
los kilómetros y edades que llevas encima,
y dices mirándote los zapatos: Dios mío,
cómo he llegado hasta aquí.
En un millón de sentidos
-un paso y luego otro más-
la vida te empuja hacia adelante,
un abismo pequeño y el siguiente,
y ya no sabes
cuándo ni dónde vas a frenar.  

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