Ella era joven. Y hasta me pareció guapa, embutida en su uniforme de campaña, aunque solamente pude ver sus ojos y escuchar una voz cantarina que me decía: "te voy a molestar un poco".
Y es verdad que el hisopo en lo más profundo de la nariz es desagradable, pero más lo es la inseguridad, la duda y el desasosiego.
"Me has hecho llorar", le dije cuando terminó.
"Sí, te he emocionado", replicó burlona.
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